Viejo amigo.



¿Qué tal, viejo amigo?

El clima cambió muchas veces y no sabía nada de ti.
Debo admitir que me haces falta, y que te he pensado mucho.
Me siento largos ratos en esa esquina de mi habitación que conoces tanto, casi me hace pensar que te dejé enterrado allí y te cubrí con algunos residuos de mi mala vida. Pero si por este camino vamos, hay que aclarar que tú me has consumido más de lo que yo a ti, y ahora debes andar de mal en peor, infectado por mí, y yo pensando que eres mi medicamento. ¡A dónde vamos a parar!
Tú más que nadie has escuchado mis sollozos y has interpretado lo jodida que estoy. La culpa es mía, por supuesto. Y tranquilo, que siempre te he dicho que con eso no hay rollo. Que si yo quiero, me tomo fuertemente por las ilusiones y me lanzó directamente a la desesperanza, sabes que ya lo he hecho muchas veces y el camino se me hace bien bonito.
Y bien, después de tantos meses, tengo tanto por contarte...
Siento que ahora tengo más cosas encima, y el peso me está hundiendo tan profundo que me cuesta respirar. Voy a ver cómo me libero aunque sea un milímetro para que me entre veneno en los pulmones, que con tanta contaminación, ya ni se le puede llamar aire. Ya sabes cómo soy con esas cosas.
Pienso que ya es hora de que me extiendas tu mano, porque te juro que si veo la curvatura de tus dedos, no lo pensaré dos veces para impulsarme y rodearte con mis cicatrices. Creo que ahora hay más, tal vez deberías echar un vistazo y darme una cachetada si te apetece. Si quieres, que sean varias, por si no te sientes a gusto con una sola. y ni te preocupes, que sabes que no me cansan los golpes, más bien me pongo en mi mejor pose para que estés cómodo.
Aunque estaría mejor si nos acostamos en ropa interior y contamos las veces que cada uno pestañee, hasta que te quedes dormido mientras yo canto esa canción de Daughter que tanto me gusta susurrarte al oído, para que no se te olvide que si te vas, me desequilibro, y que si te dejo, es porque te lastimo.
A fin de cuentas, nunca me he ido. Siempre te observo y te cuido. Y no creas que no noto que te haces el loco cuando te vigilo, te das media vuelta y a veces hasta te desvías del camino. Pero no importa, porque lo mejor de todo eso es que lo haces a propósito, y se te escapa una curva en tus labios, de esas que me alumbran el vacío. Que por cierto, últimamente siento que se ha expandido, y no entiendo por qué, si algunos días hasta disfruto de buena compañía y me sacan carcajadas, pero esas de las buenas, en las que se te salen las lágrimas, te duele el estómago y se te tranca la garganta.
También te comento que he encontrado algo en El Gran Gatsby que me ha dejado enganchada, aún no tengo bien en claro qué es, pero te aseguro que serás el primero en saberlo cuando lo descubra. 
Y aprovecharé eso para chantajearte, a ver si te echas una pasadita por mis hombros, ya que sospecho que tardarás, y de aquí a allá tendré mi ensayo concluido. 
Me disculpo por tantos altibajos en éste escrito, pero sabes que a veces contigo me descuido.
Y ya, me despido. Te dejo este fragmento, para que te hagas la idea de lo increíble que eres, y no tenga que repetírtelo.
Beso y abrazo, tal vez nos veamos por el mismo camino.-









Comentarios