Él
Estábamos sentadas en la orilla de la calle, las nubes no dejaban ver la luna, había un viento frío y ambas teníamos suéter. Creo que estoy enamorada de él... - me dijo, bajó la cabeza y cubrió su rostro con sus manos. Me estremecí, y aspiré mi cigarrillo para disimular mi sorpresa. ¿Está mal? No sé, no imaginé que esto pasaría. -Volteó hacia mí- siento que le quiero, -hizo una pequeña pausa- a mi lado... No quería decirle nada, tampoco sabía qué. Así que sólo fumé por un largo rato mientras la escuchaba hablar sobre él. Comentó sobre su forma de caminar, ni tan rápida ni tan lenta, y la forma en que sus brazos se balancean cuando lo hace. Lo suave que se ven sus manos mientras las une lentamente. Lo quieto que está cuando se sienta, su mirada inexplicable y perdida entre las personas. Su escasa forma de sonreír y el brillo de sus ojos cuando se voltea al ser llamado. Sus expresiones cuando está malhumorado, e incluso cuando está triste. La forma en que respira hondo, su pec