Lucha

Soy una mujer, y también soy la niña a la que le robaste su inocencia debajo de una mesa
Soy una mujer, y también soy la adolescente que rompiste una noche en una lavandería
Soy una mujer, y también soy esa joven que le provocaste fuerte ansiedad en el transporte público
Soy una mujer, y también soy esa chica a la que sepultaste en tus mentiras y manipulaciones hasta el punto de quiebre donde rogaba a Dios por su muerte
Soy la que fue cada una de ellas en cada momento de vulnerabilidad en tan poco tiempo como 25 años de vida

Soy una mujer que es fuerte y valiente, y a veces débil y miedosa 
Un día me siento empoderada y con ganas de comerme el Universo, y otros sólo quiero que pase el día rápido para dormir de nuevo
Soy una herida tan profunda que muchas veces me rindo ante ella y me devora como cualquier cazador a su presa, pero también soy esa fuerza e impulso que me hace querer ser mejor cada día.


Hay tantos recuerdos, cicatrices, que algunos días pesan y no te dejan avanzar, y otros días el brillo en tu vida es tan grande que desenfoca la atención de lo malo. Pero en este día, en este mes, es tan difícil controlar las emociones porque muchas cuentan sus historias, alzan su voz, conmemoran, luchan y eso te toca el corazón, empatizas con tantas variaciones de la misma corriente en tantos lugares del mundo que erizan cada fibra sensible de tu ser, te generan tristeza e impotencia, pero al mismo tiempo te hacen saber que no estás sola

Esa niña, esa adolescente, esa joven, esa mujer

No están solas

Somos miles, somos millones 

Y ya no nos quedamos calladas

Jamás volverán a tener el beneficio de nuestro silencio, y eso es lo que tanto les incomoda.



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